El ataque del caballo es el más sutil y peligroso que el de cualquier otra pieza mayor del ajedrez, porque atacan sin ponerse en riesgo ellos mismos. Debido a la habilidad de movimiento de los caballos, ellos pueden saltar sobre las otras piezas mayores y menores, y encaminar sus pasos hacia los albores de la posición del oponente. El movimiento en 'L' de los caballos los ha convertido en una de las piezas mayores favoritas de muchos jugadores.